Autopublicar libros, ¿sigue causando urticaria a los editores?

Ser un autor publicado por parte de un sello editorial prestigioso te da cierto estatus como escritor; eso es algo innegable. Sin embargo, el fenómeno de autopublicar libros se ha extendido: lo hacen desde las personas más amateur hasta escritores y editores de gran talla.

Hoy en su sección Biblioterapia, del programa de radio Inspiria conducido por Eduardo Limón, Paola Tinoco comentó que grandes plumas como las de Jorge Herralde, fundador y exdirector general de Anagrama; Jacobo Siruela, director de la editorial Siruela hasta 2003 y ahora fundador y director de Atalanta; así como Javier Fórcola, director general de la editorial que lleva su apellido, por mencionar algunos ejemplos, han optado por fundar sus propias editoriales y autopublicarse.

Publicar tú mismo vs hacerlo con una editorial

Las plataformas de venta de libros más populares entre quienes se autopublican pertenecen a corporaciones como Amazon, Google, Apple. A través de sus tiendas, permiten subir rápidamente los libros y los ponen en circulación prácticamente en todo el mundo en cuestión de horas. Una vez en línea y al acumularse un mínimo de ventas (comúnmente, al llegar a los 100 dólares) el autor recibe regalías de hasta el 70% por su obra, directamente en su cuenta bancaria.

En cambio, el proceso de publicar a través de una editorial es más complejo. El autor no tiene tanto control sobre el producto final ni recibe un porcentaje tan alto de regalías. Obtiene otros beneficios, como el respaldo de la editorial y un equipo de profesionales que trabajarán en su obra. Pero lo más difícil es que la editorial muestre interés en un nuevo escritor, particularmente si no tiene aún una audiencia o una base de seguidores lo suficientemente sólida que garantice que la obra se va a vender.

Todo gran poder conlleva una gran responsabilidad

Por ello, autopublicarse es una gran alternativa para cualquier escritor. El proceso es sencillo pero, como diría el tío de Peter Parker, conlleva también una gran responsabilidad: la de procurar que el libro en cuestión esté cuidadosamente revisado; que las fuentes que se citan sean fidedignas; que el diseño, en la medida de las posibilidades de cada escritor, sea adecuado y atractivo. Hasta al editor más avezado se le va una errata de vez en cuando, pero hay que intentar llegar a la perfección hasta obtener un producto de calidad.

Me pareció particularmente interesante la manera como Paola Tinoco comentó lo que significaba antes autopublicar, que hacerlo conllevaba un estigma, algo que a los editores de antaño les causaba una suerte de «urticaria». Y esto porque justamente en una editorial, el trabajo en equipo de editores, diseñadores, mercadólogos garantiza de algún modo que el producto sea bueno, ¿cómo es que ahora una sola persona puede hacer todas estas funciones y obtener un buen libro?

Ejemplos de libros autopublicados exitosos

A mí que me tocó crecer conociendo fanfics y sabiendo que bestsellers como las Cincuenta sobras de Grey nacieron precisamente en plataformas de autopublicación como WattPad, donde se especulaba, había cazatalentos revisando las publicaciones, no me parece nada extraño que las personas (inexpertas o más avezadas en estos temas) opten por autopublicar libros.

La ya mencionada Cincuenta sombras de Grey, más allá de que sea del agrado de los lectores más exigentes, es un fenómeno editorial digno de estudio. Es el ebook más descargado en la historia. Se han vendido más de 100 millones de copias del libro. Sus películas han recaudado 569.7 millones de dólares. Y pensar que comenzó como fanfic de Crepúsculo (la película de los vampiros), basada en la obra homónima de Stephenie Meyer, y la superó en ventas.

En mercadotecnia hay una frase que dice que no hay mejor manera de que un mal producto fracase que hacerle una buena publicidad. Pienso que algo similar ocurre con los libros y la autopublicación. Las buenas obras brillan por sí mismas y las malas no, ni aunque las pongan en todos los anaqueles.

Al autopublicar, si es una mala obra, lo peor que puede ocurrir es que nadie la compre. Gracias al fenómeno de la autopublicación ahora conocemos historias como Siempre Alice, de Lisa Genova, de la cual hasta hicieron una película; o El marciano, de Andy Weir y contando, las que nos falta descubrir…

En conclusión…

  • El mundo editorial está cambiando y ahora es más sencillo publicar libros.
  • Las autopublicaciones están perdiendo el estigma que tenían antes entre los profesionales de la edición.
  • Al autopublicar libros, recae en ti la responsabilidad de cuidar que estén bien escritos y que tengan un diseño atractivo.
  • Por ello, si tienes posibilidad, es bueno que consideres contratar un diseñador y un corrector de estilo.
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